Muchas vivencias narra Belline, en sus libros. Que como si de un pequeño diario se tratara  narra los sinsabores de un gran número de clientes, aunque de una forma discreta, cambiando nombres y omitiendo fechas.

Sus libros podrían clasificarse como: » narrativa fantástica» aunque el bien dicen en sus libros, que son relatos sinceros, aunque a veces extraordinarios.

Entre 1956 y 1977 un centenar de periódicos como el l´monde, el daily mirror o el nouvel observateur, la tribuna de Génova o el fígaro entre otros, comentaron sus previsiones más importantes.

La vacuna antipolio.

La muerte de Einstein.

La enfermedad de Eisenhower.

El naufragio del Andrea doria.

El suicidio de Marilyn Monroe.

Y el fin trágico de los Hermanos Kennedy.

Entre otros muchos…

Una de las vivencias, que más me han gustado de las que leído, ha sido la de la muerte de Einstein.

En su libro: » un vidente en busca del futuro» nos narra que fue invitado una noche a la casa de un famoso médico parisiense, junto con otras personas importantes.

En esta reunión, uno de los invitados, le abordó hablándole de que  tenía grandes conocimientos, sobre los trabajo de Einstein.

El hombre hablaba y hablaba, sobre las teorías de relatividad, fórmulas y más fórmulas, que le abrumaron, ya que cada una de sus consideraciones, eran cada vez más enrevesadas para el, ya que el  reconocía que no era un hombre de  política y mucho menos de ciencia ..
A lo cual, el pobre Belline respondía con distraídos, «sí, sí».

En un momento de la conversación, este invitado hace mención de la famosa fórmula física de Einstein.

Extrañamente Belline ve, en la figura de este invitado, la imagen de Einstein, apareciendo ante el, y  ocupando el lugar de su interlocutor.

Viendo que sus labios se movían, aunque de su boca ninguna palabra salía.

En su mano, portaba un papel en negro, en la cual aparecía la famosa fórmula, de forma incandescente.

Estos signos, se iban agrandando carcomiendo y carbonizando dicha hoja, bien pronto se convirtieron en cenizas.

Lentamente, se junto todo el rostro con estas cenizas, con la intención de ocultarse, con este gesto.

Luego extendido ambas manos con sus dedos, desplegados y separados,

dejándole contemplar la cifra 55.

Como bien dice, Belline en su libro, también habría podido sumar estas dos cifras, 5+5 y obtener el número 10, pero en su interior lo que se imponían era la cifra 55.

Según Belline, las cenizas con la que se pintó la cara Einstein en su visión, era una señal de muy mal augurio. Una señal que auguraban su deceso.

El escribió en uno de estos periódicos antes mencionados:

» (Einstein desaparecerá en 1955)» previsión que se mostró gusta.

Einstein fallece concretamente el 18 de abril de 1955 en Princeton Estados Unidos…

A mí personalmente, este tipo de libros me resultan interesantes, aunque lo que echo de menos, son las fechas de publicación de estas previsiones,  y el material para contrastar, ya que a mí me gusta contrastar todo ese tipo de información.

Aunque me conformo, con las palabras del premio Nobel de literatura Miguel Asturias » Es el mago, más interesante y más sincero que yo he encontrado»

y del filósofo Gabriel Marcel que llega a bautizarlo: «Es el príncipe de los videntes»

Supongo, que tan notables y cultos personajes, reconocerían en este excepcional vidente, a un personaje fuera de serie, como para verter tales calificativos sobre esta persona …